Sobre las altas rocas – Anónimo (s. XVII)

1. Sobre las altas rocas,
ejemplo de firmeza
que encuentra noche y día
el mar, estando quedas.

¡Ay, cómo se lamenta!,

2. aquel pescadorcillo,
a quien su ninfa bella
dejó el año pasado
la red sobre el arena.

¡Ay, cómo se lamenta!,

3. De una parte, las aguas,
de otra parte, las fieras,
y de entrambas, el viento
le escuchan y se enfrenan,

4. que a todas ellas hace
igual sombra la fuerza,
lo dulce de la voz,
la razón de las quejas.

¡Ay, cómo se lamenta!

5. «¿Hasta cuándo, enemiga,
competirá en dureza
tu duro corazón
con las más duras piedras?

6. »¿Hasta cuándo le harás
al son de mis querellas
lo que al latido hace
de los canes la cierva?»

¡Ay, cómo se lamenta!

7. «Hoy hace un año, ingrata,
que, huyendo ligera,
no te conoce el viento
y atrás el aire dejas.

8. »Hoy hace, ingrata, un año
que el mar, como por penas
de que tú no las pises,
azota estas arenas.»

¡Ay, cómo se lamenta!

9. «Tu vuelo, en todo el mundo,
por olas o por tierra,
lo más ligero alcanza,
lo más libre sujeta.

10. »Si aquesta se te escapa,
dime: ¿qué te aprovechan
los filos de tus alas,
las puntas de tus flechas?»

¡Ay, cómo se lamenta!