En prados de Manzanares – Anónimo (s. XVII)

1. En prados de Manzanares,
de más rio una deidad;
es sirena cuyo fuego
le vi con humos de mar.

Entre mil favores,
sufrir un desdén
no es mal, sino bien.
¡Mas ay de quien muere
solo a fuerza de amor!,
con celos de aquellos
que el amor
no se halla sin ellos.
Esta sí que es pena mayor.

2. De color tenca encendida,
advertencias al mirar,
llamas del amor que avivan
lazos de su habilidad.

3. Que el oro de sus arenas
no pudo Tajo negar
a quien, en retratos, debe
lo fino de su cristal.

4. Y si un favor el deseo
tanto sabe anticipar,
que hace culpa en la hermosura
lo que es gracia en la fealdad,

5. de sus ojos lo perfecto
tanta majestad les da
que, medrosos de hacer señas,
temen el pestañear.

6. No hay sentido que no obligue
de su voz la suavidad;
si a uno suena a mar, veneno
la pretenden los demás.

7. Y en blanco luto la vista,
porque no acierte a escuchar,
o se escurece envidiosa,
o se retira sagaz.

8. Gala bien correspondida
en manos y pies nos da
seguros de cortesana,
indicios de natural.

9. De brío tan donairoso,
de donaire tan galán,
digan celos de haber visto
y callen ya los de Bras.

Entre mil favores…